Hoy derribe un muro, al principio solo arañe un poco su superficie, pero a medida que pasaba el tiempo deje mis uñas ensangrentadas…llena de impotencia me líe a patadas y a cada patada que daba mi muro iba cayendo poco a poco, mis lagrimas ablandaron los ladrillos y mi corazón lo convirtió en fina arena … y agotada me siento a descansar sobre ella, ya no hay muro que me quite el aire, ya no hay muro que me niegue el sol… ya no hay muro entre tu boca y la mía que me llene de dolor.
Y ya nada impide que el viento, a capricho juegue con mi pelo, y ya nada impide que el sol me bese con ardor… y caminando descalza en la arena, se me ocurre construir un castillo donde poner tu corazón, con el adobe de mi amor, con las piedras de mi fuerza y con la madera de mi ilusión… un castillo en el que no haya muros entre tu y yo… Dame tu mano y construye conmigo ese castillo para el corazón, con la más fina arena de nuestro amor.

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