Pinte mis uñas para acariciar tu piel,
me pinte los labios,
para dejártelos morder,
perfume mi cuerpo,
y lo entregue con placer…
Hoy mis uñas rotas sangran…
tu piel no fue piel,
sino cemento armado,
donde al arañar me las deje…
Hoy mis labios están hinchados,
sangran y están morados,
con fiereza fueron devorados.
Hoy mi cuerpo esta perfumado de dolor,
mi piel fue rasgada,
y tu mano aplasto mi corazón…
No fue placer que fue dolor,
entregarme en cuerpo y alma,
a esa hiena que hay en tu corazón…
Y hoy me siento despojo,
alimento de una hiena carroñera,
que en mi dolor se alimenta,
con saña y destreza…
Y con los ojos enrojecidos,
de tanto llorar lo vivido…
aun me quedan fuerzas,
para terminar con tu espanto.
Aléjate hiena!!!
De mi corazón y mi abrazo,
que nunca más habrá otra alimaña,
que disfrute de mi regazo…
Búscate la carroña en otro lado!!!
que mi corazón no es carroña,
ni te pertenece mi abrazo!!!
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