He soñado que mi cuerpo era tierra,
Y tus dedos la araban,
Dejando surcos en mi piel,
Rasgándola a gironés,
Haciéndome estremecer.
He soñado que mi boca era fuego,
Encendiendo la tuya con pasión.
Y la tuya buscaba mi pecho,
Mordiéndolo con ardor.
He soñado que tus caricias me queman,
Según bajas quemándome de placer,
Y el volcán de mis entrañas,
Erupciona succionándote.
Y estallando de placer…
Y en mi cama soñando,
Me empecé a estremecer,
Abrí los ojos y te busque,
Pero estaba vacía,
Como lo estuvo al anochecer.
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